
- No alimentar en exceso a los ejemplares adultos. En la naturaleza los peces trabajan
mucho para procurarse el alimento, mientras que en el acuario les basta con escarbar en el sustrato o buscar entre los plantas «restos de comida». - Variar en la medida de lo posible los menús, alternando palitos alimenticios, alimentos congelados y, por supuesto, presas vivas. La monotonía en la dieta trae consigo peces debilitados y más vulnerables frente o las enfermedades.
- Un pez adulto puede ayunar durante varios días, incluso varios meses, si se trata de una especie de agua fría.
- Toda distribución de alimento debe ser consumida en varios minutos, ya que el excedente puede provocar una contaminación inútil y peligrosa del agua.
- Es preferible ofrecer el alimento varias veces al día y en pequeñas cantidades antes que una solo vez al día. En la naturaleza, los peces siempre están buscando alimento y devoran todo lo que está a su alcance. Dos son sus preocupaciones principales: la búsqueda de alimento y la reproducción