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Como elegir los peces para el acuario
las tiendas especializadas ofrecen un amplio surtido de peces exóticos, aclimatados a la vida en un acuario y en perfectas condiciones de salud. De hecho, estas tiendas están equipadas con acuarios de cuarentena en los cuales los recién llegados, debilitados por el viaje, se recuperan y reúnen fuerzas durante 2 ó 3 semanas antes de ser expuestos a la venta en los acuarios. En este periodo la tasa de mortalidad es más elevada, sobre todo en lo que respecta a las especies tropicales marinas.
Para escoger un pez sano basta generalmente con comparar su aspecto y sus actitudes con los de miembros sanos de su especie. Los peces sanos tienen un color vivo y los dibujos de su librea conformes a los de su especie. Por el contrario, la presencia de manchas sobre el cuerpo o sobre las aletas denota que el pez está enfermo o que no ha sido bien curado. Un ejemplar con respiración agitada, con aspecto amorfo o que se mueve frenéticamente, revela también un mal estado general. Así mismo, hay que evitar ejemplares que, aun siendo gregarios, se aíslan del grupo o son rechazados por tos demás. Estos comportamientos anómalos pueden responder a una aclimatación estresante o una enfermedad interna.
Transporte e instalación de los peces
Los peces suelen trasladarse en una bolsa de plástico con una proporción de un tercio de
agua y dos tercios de aire. Esta solución resulta satisfactoria para un trayecto corto. Pero
en invierno, para evitar las pérdidas de calor durante el traslado, es conveniente introducir la bolsa en un recipiente isotérmico de polietileno. Nada más llegar, deje flotar la bolsa sobre la superficie del agua del acuario durante diez minutos, de modo que la temperatura de ambos medios se iguale. A continuación, abra la bolsa para que el agua se vaya mezclando con la del acuario y se produzca una homogeneización paulatina. Antes de soltar en el acuario el nuevo espécimen, proporcione abundante alimento a los otros peces y reduzca la iluminación. Es normal que los peces ya aclimatados muestren cierta agresividad hacia el recién llegado, sobre todo si se trata de peces tropicales marinos o de especies territoriales de agua dulce.
Uno de los errores más comunes entre los principiantes es el de poblar en exceso el
acuario. Para asegurar la supervivencia de los animales, hemos de evitar la superpoblación y tener en cuenta las necesidades vitales de los peces proporcionándoles el espacio adecuado. Del mismo modo, es muy importante controlar de forma periódica la temperatura del agua.
Dos métodos sencillos para transportar los peces en recorridos cortos
Para transportar peces, plantas frágiles o invertebrados a distancias cortas, podemos emplear dos bolsas de polietileno rellenas con un tercio de agua procedente del acuario original.
Hemos de seleccionar y distribuir los animales en diferentes bolsas de acuerdo con su tamaño, dieta alimenticia y comportamiento. Para evitar pérdidas de temperatura, en ocasiones resulta útil aislar las bolsas que contienen a los animales dentro de un recipiente rígido aislante. Unos días antes del traslado, absténgase de proporcionarles alimento para evitar la polución producida por las deyecciones. Las especies provistas de espinas pueden perforar con facilidad las bolsas de plástico, por lo que conviene reforzarlas con otra bolsa de papel.
Acuario de cuarentena
Antes de introducir nuevos ejemplares en el acuario comunitario, es conveniente aislarlos en un acuario de cuarentena durante un periodo de ocho a quince días. Esta precaución no sólo limita los riesgos de contaminación sino que además permite llevar a cabo una atenta observación de los ejemplares recién adquiridos. También en este acuario podemos aislar
temporalmente un espécimen enfermo sin molestar al resto de peces del acuario comunitario. El acuario de cuarentena, construido con cristales de unos 50 cm de longitud, no tiene ni sustrato, ni arena, ni plantas acuáticas. El agua se mantiene a una temperatura constante mediante un termostato-resistencia, que en ocasiones se acompaña de una rejilla de plástica para evitar que los peces se quemen. Un pequeño filtro interior, provisto de un ventilador aspirador y una capa de perlón, asegura la limpieza y la aireación del agua. Podemos introducir un tiesto de barro puesto boca abajo para que sirva de refugio a los peces enfermos o a los ejemplares recién adquiridos, con una o dos plantas de plástico que sirvan de decoración. Todos estos elementos, incluido el tanque de vidrio, deben ser cuidadosamente desinfectados. Está totalmente prohibido el empleo de carbón activo en el sistema del filtro, pues aunque resulta muy eficaz, absorbería los medicamentos diluidos en el agua. La iluminación, programada para 10-12 horas diarias, debe ser moderada, puesto que los peces enfermos son muy sensibles a una luz demasiado intensa. No hay que olvidar desinfectar la red empleada para trasladar a los peces contaminados. El acuario de cuarentena de agua de mar debe medir 1 m de longitud y contener un agua idéntica a la del medio original. Es conveniente tomar una parte del agua del acuario comunitario para rellenar el tanque hospital completando con agua renovada preparada unos días antes.