
El acuario debe instalarse sobre un soporte perfectamente horizontal e indeformable. Si es posible, conviene intercalar una plancha de polietileno de 1-2 cm de espesor bajo el acuario. Esta protección compensa tas irregularidades del soporte y protege de cualquier rotura al cristal del fondo. No hay que olvidar aclarar el acuario con una esponja húmeda.
El siguiente paso es comprobar la estanqueidad del tanque. Esta precaución dura
un día entero. Si pasado este tiempo, no se observa ninguna fuga, pasaremos al
siguiente punto. De lo contrario, hemos de vaciar el acuario, limpiar bien el lugar de la fuga y aplicar un rodete de pegamento.
Colocar el filtro bajo la arena, sobre el cristal del fondo, con cuidado de no colocar
el dispositivo de aspiración en una de las esquinas traseras. Posteriormente, se
puede disimular con una planta o una piedra plana. El filtro se cubre con una
capa de arena de 34 cm hacia atrás y ligeramente menos hacia delante. Esta inclinación reagrupa los desechos hacia el cristal frontal, donde posteriormente serán trasegados con el sifón.
Instalar los accesorios de aireación y de calefacción. Una pequeña batería de llaves reparte la distribución de aire hacia el aspirador del filtro bajo la arena y hacia el difusor. El combinado termostato-resistencia se fija horizontalmente con ayuda de ventosas contra el cristal posterior, cerca del difusor de aire. Esta disposición permite una agitación eficaz del agua que evita las zonas frías. Tampoco hay que olvidar el termómetro.
Instalar el decorado. Disponer primero las piezas más pesadas, piedras o coral. Estos
elementos deben ocultar los accesorios. Observar desde cierta distancia el efecto estético del acuario en su conjunto. Hay que tener en cuenta que una vez lleno, el
acuario perderá un poco de profundidad de campo. Las raíces de madera de pan-
tano aportan una nota muy natural a un acuario tropical de agua dulce.
El llenado del acuario ha de hacerse de forma progresiva y con agua templada,
poniendo la mano bajo el chorro para evitar que arrastre el fondo de arena.
Introducir las plantas. Hay que tener en cuenta que las plantas acuáticas son frágiles fuera del agua y debemos manipularlas con mucho cuidado. Las plantas de gran desarrollo o de crecimiento rápido deben posicionarse en la parte posterior y a lo largo de las paredes laterales, reservando las más pequeñas para decorar los primeros planos. Dejando un espacio libre en el centro obtendremos la impresión de profundidad visual. Tampoco conviene plantarlas demasiado juntas ya que al crecer se asfixiarían mutuamente.
Instalar la galería de iluminación y comprobar el buen funcionamiento de la aireación, vigilando la temperatura. Esperar una o dos semanas antes de introducir a los inquilinos de agua dulce. En este periodo de espera las plantas enraizarán y las bacterias nitrificantes comenzarán a sanear el agua del acuario. Podemos acelerar ligeramente este proceso añadiendo un poco de agua de otro acuario que funcione desde hace varios meses.
El equilibrio biológico es sólo cuestión de tiempo. En un acuario de agua dulce, este equilibrio se alcanza al final de la primera semana. Sin embargo, es aconsejable esperar quince días antes de introducir los peces. En el agua de mar, el proceso es algo más largo, ya que transcurren cuatro semanas entre que se llena el tanque de agua y se introducen los animales. Durante este mes, los nitritos alcanzarán una tasa muy elevada, que puede ser mortal, para ir bajando poco a poco hasta muy pequeñas dosis. En un acuario marino, podemos reducir este tiempo de espera por diferentes medios:
favorecer la actividad de las bacterias oxigenando el agua al máximo, introducir bacterias liofilizadas que aceleren el proceso de nitrificación, introducir arena
o un trozo de coral de un acuario ya en uso… Las bacterias introducidas con
cualquiera de estos elementos se desarrollarán y no tardarán en colonizar el
En cuanto la tasa de nitritos sea prácticamente nula, ya podremos activar
el espumador y, ocasionalmente, la lámpara de luz ultravioleta.
Una vez adquiridos los peces, hemos de colocar la bolsa en la que los hemos
transportado en la superficie del agua para restablecer el equilibrio térmico.
Esta operación dura entre 15 y 30 minutos. A continuación, se abre la bolsa
y se introduce un poco de agua del acuario para que los peces se vayan habituando progresivamente a la calidad de esta nueva agua. Una vez hecho esto, los peces ya están preparados para ocupar su nuevo hogar. Si el acuario ya está poblado, hemos de tomar la precaución de amentar a los antiguos inquilinos antes de introducir a los nuevos.